Lo anterior convierte al invernadero en una alternativa de trabajo que permite controlar eficazmente la producción de hortalizas, logrando obtener mayores rendimientos y mejor calidad de los productos. En la actualidad, su uso en la agricultura se ha masificado, dado que sus beneficios han permitido obtener una producción limpia, desarrollar cultivos que requieren condiciones climáticas más favorables, trabajar en su interior durante los días lluviosos, y evitar a los cultivos daños de animales, lluvia o viento. El ahorro de agua para el riego de los cultivos es considerable, ya que, el suelo y plantas no están sometidos a la evapotranspiración del viento. Los diseños de los invernaderos estarán dados principalmente por el tipo de cultivo a producir, por el costo o los recursos que se dispongan para su construcción y, las condiciones climáticas de la zona. Así, por ejemplo, los diseños, pueden ser tipo túnel (semi circulares) o capilla.